viernes, 2 de noviembre de 2007

AS DE PICAS

Apenas unos centímetros entre su sien y el diminuto proyectil permiten que Mauro siga oyendo la lluvia a través de los enormes cristales. Las gotas resbalan apresuradas por el vidrio. Le recuerdan a las lágrimas que él no es capaz de derramar. El sutil olor a pólvora le motiva la memoria y la frase le vuelve de nuevo a la mente: “Ganarás una gran fortuna la noche en que pierdas a tu amada”, susurró aquella tarde la gitana clavándole los ojos entornados.
Iria Massotti Ocaña

1 comentario:

PEDRO dijo...

es lo primero que leo de ti, me gusta la forma que tienes de hacerlo