Hacía algún tiempo que Carlos y María habían pactado asesinarse. Pero por una cosa o por otra siempre estaban posponiéndolo; que si no era el casamiento de Pablito, el más pequeño de sus hijos, o la hermana de María que todos los años amagaba morirse pero no, o simplemente que la reunión de los martes de Carlos esta vez sería imperdible.
Carla Lazcano
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