–Scheisse! –gritó Karolin. Los nubarrones oscuros amenazaban con lluvia.
Aquella mañana desapacible, de camino a la consulta de su siquiatra, se había entretenido mirando escaparates por las tiendas del centro, parándose a cada tramo a contemplar, cautivada, las altas maniquíes expuestas en posturas arrogantes de las boutiques y las fotos nocturnas de ciudades lejanas de una agencia de viajes.
Delia Torrents
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1 comentario:
Hola, Ceniza, aquí estoy, echando un vistazo con la loca de la Karolin. Ah, qué tiempos. Un beso.
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