jueves, 22 de noviembre de 2007

LECTURA EN EL BOHEMIA CAFÉ


15 de noviembre del 2007
Mientras salgo del metro y me dirijo a la calle Diputación, pienso que el poético y solitario pajarillo que cruza la calle en vuelo rasante ha de ser, por narices, un grajo.
¡Puñetas, hace un frío del carajo!
Con una mano en el bolsillo de la chaqueta y la otra, medio congelada, aferrando las rebeldes solapas, apresuro el paso hacia el Bohemia café.
Juro que cuando me detuve ante la puerta, para verificar en mi despistada mente la dirección, mi sonrisa hizo estallar cristalitos de escarcha en la comisura de mis labios.


Tiro del pomo y entro.
¡Calor! Mmmmmm. Mmmmmm.
¡Tengo dedos! Pienso alegre mientras los muevo de nuevo.
Bajo la cálida luz ambarina del local, algunos clientes conversan en voz baja alrededor de las mesitas de aspecto íntimo.
Al preguntar por la lectura, Tomás, el camarero, me indica que he de ir a la parte de atrás, hacia un espacio más recogido.
–Bienvenidos a la lectura de Qué me estás contando –saluda Teresa Esmatges con una cámara de vídeo en una mano y una lata con papeles pulcramente doblados en la otra a una pareja–. Coged un papel y apuntad vuestro nombre
–¡Qué fría estás! –exclama tras darme dos besos de bienvenida, después de que la pareja deje su nombre en la lata y se siente.
–Hace frío –le respondo, porque en el bar se está de maravilla y es fácil olvidarlo–. ¿Qué es eso? –indago señalando la lata.
–Al terminar sortearemos un libro entre todos los asistentes. Pero los autores no participamos –me explica al ver la avaricia en mis ojos.
–¡Claro! ¡Claro! –acierto a responder algo decepcionada.
Por desgracia para mí, las latas y los sorteos están íntimamente ligadas en mis recuerdos con las tómbolas de feria de las fiestas del pueblo.
–¿Quién se lleva la lata, señores? ¿Quién se la lleva?
–¡Qué alegría! ¡Qué alboroto! ¡Otro perrito piloto!
–¡Que viene la chochona! ¡Ya llega la chochona!

–¿Qué van a tomar? –pregunta Tomás solícito.
–Una chochon... –se me escapa–. Grrrr –carraspeo para disimular–. Una cocacola.


El local se ha ido llegando, y todos esperamos a Tebu, que con la cara roja por el repentino calor tras el frío exterior se disculpa por la pequeña tardanza.
–Buenas tardes –comienza Gemma Solsona ejerciendo de maestra de ceremonias.
La verdad es que lo hace muy bien. No sé de dónde sacan tiempo estos tres.
Con el “micro”, prestado por el Aula de Escritores para la ocasión, saluda a la concurrencia y presenta de nuevo el libro al mismo tiempo que establece las pautas de la velada. Se leerán tres relatos elegidos por resultar representativos de la antología de Qué me estás contando y luego algunos más por sorteo.
¡Qué bien! Pienso mientras me arrellano en la silla sosteniendo mi consumición. Me encanta oír contar historias a los demás, y más en una tarde como esta.




Es Tebu Guerra quien comienza a leer Una noche sin Luna de Patricia Puértolas, con su voz modulada y acento suave. Un viejo marino, el mar, el temor y el drama.
Me dejo arrullar por sus palabras y la piel se me pone de gallina mientras mi imaginación evoca las imágenes y los sentimientos incitados por el relato.
A continuación, sin que llegue a salir de mi ensoñación, Gemma Solsona emprende el relato de La casa solitaria de Carmen Mirones, una historia actual de fantasmas, viejos objetos y estornudos paranormales.


Mientras los relatos se desarrollan a nuestro alrededor el silencio y la expectación pueden palparse. Todos estamos atentos a la siguiente línea, al próximo giro argumental.
Ana Marín y Clara Mateu leen a dúo Conversación en la noche de Carmen Fernández, hablando del miedo en tono de comedia, mientras Pau Fabregat, con pose profesional y gestos seguros, se desplaza por toda la sala con la cámara de fotos en la mano dispuesto a obtener las mejores imágenes del momento.


Los tres relatos concluyen, y Gemma se hace de nuevo con el micro.
–Veamos quién elige el próximo relato –dice alzando una bolsa llena de papelitos.
Entusiasmada con lo que he escuchado me ofrezco voluntaria. Introduzco la mano y extraigo La ventana de Carmen Castañer y decido leerla yo misma, Dolores Ferrer.
Estar de pie delante de todos no es lo mismo que dejar correr las historias desde mi anónimo rincón. El clic, clic del disparador de la cámara. La luz roja de la de vídeo que sujeta Teresa, la mirada expectante de los asistentes, trago saliva y empiezo con la historia sobre el mentor fantasma.




Cuando Gemma vuelve a pedir voluntarios la gente se resiste. No quieren leer.
–¡Tranquilos! No tendréis que leer, sólo una mano inocente que elija el relato.
Todos se animan al ver al nuevo afortunado Los hijos son los hijos de Eva Lleonard y lo lee Ana Montilla. Es un relato divertido que nos arranca a todos una sonrisa tras las emociones anteriores y animando a todos a alzarse para escoger el siguiente.


Cuando una nueva mano inocente saca El pago de Dolores Ferrer, se me constriñe la garganta, porque no es lo mismo escuchar en compañía relatos ajenos que uno propio, porque es como desnudarse ante los demás y porque voy a tener que volver a salir.
Intento dar ímpetu a la venganza y decisión al dilema que se le ofrece a un hombre, pero respiro aliviada mientras le cedo a Gemma el micro de nuevo.




Pau sigue haciendo fotos, se nota que estamos en la era digital porque este ritmo no hay carrete que lo aguante. Tomás sigue sirviendo cafés, infusiones y refrescos y nuevas manos buscan ansiosas una nueva historia en el interior de una bolsa.
Leer el silencio de Nuria Millet es leído por Elisa Alcalá que nos habla de las rupturas y las palabras que quedan por decir.
Bajo la vista y miro el libro Qué me estás contando, la alzo luego y miro alrededor. La realidad se mezcla con la ficción y vuelvo a bajarla para comprobar que el bar de la portada no es el mismo que tengo frente a mí, que no soy un personaje pintado, que no soy fruto de la imaginación de un escritor del aula aunque en este momento vaguemos por su interior.
Brillo de Pablo Colau, narrada en la voz de Carmen Fernández explica el modo más auténtico de hacer una tesis con la mejor fuente de información, aunque no siempre es aceptada.




Cuando Gemma se levanta y anuncia que sólo tenemos tiempo para un relato más, miro el reloj. ¡No puede haber pasado tanto tiempo! Pero las manecillas no mienten y mientras Fanny Sorquin nos habla de trabajos estresantes y noches de hospital Desde detrás de la pantalla de Griselda Martín, embebemos los últimos sorbos de la magia de la jornada.




–Hemos llegado al final de la lectura –anuncia Gemma por el micro mientras parecemos despertar y alargamos descuidadamente las manos hacia las chaquetas y los bolsos para comprobar que siguen allí y no han desaparecido mientras realizábamos un viaje astral al mundo de la fantasía–. Antes de irnos vamos a realizar el sorteo de uno de los libros de “Qué me estás contando”. Además, si alguien quiere comprarlo aquí tenemos algunos disponibles. Voy a pedir una mano inocente.
Como un signo del destino, Ana Marín sale del baño en ese momento, y con un impulso animal adquirido en los años de escuela, todos la señalamos de un modo unánime. Ella, ella.


Miro la lata con pesar y luego a Ana. Ni su nombre ni el mío están dentro y lo lamento. Ana puede tener la mano inocente, pero en sus ojos se percibe el diablillo que anida en su interior.
The winer is... La ganadora es Clara Mateu –anuncia Gemma.
Mientras me dirijo a la puerta de salida vislumbro el frío y la noche del exterior de los que ya me había olvidado.
–Quiero más. –murmuro con la voz suplicante de Oliver Twist.
–Pues cómprate el libro –recomienda alguien a mi espalda antes de que noviembre nos engulla a todos.

5 comentarios:

julia dijo...

BONITO, BONITO, BONITO!!!. SEGUIR ASÍ

Tiroliro dijo...

Estupenda crónica, Dolores!!! yo no pude ir al evento pero, leyendo el artículo, la verdad es que me he hecho idea de lo chulo que fue. Y el bar pintaba genial, habrá que ir a tomar algo.

Espero no perderme la siguiente presentación.
Besos a todos y enhorabuena por este blog.

BLOGGER65 dijo...

quan fareu la propera lectura? fan venir ganes d'anar a aquestes vetllades literàries. Podríeu posar un calendari.
He llegit el llibre, però m'agradaria sentir-lo llegir pels propis autors.
felicitats pel blog i pel llibre.

Anónimo dijo...

gracias por este resumen tan divertido! Yo no pude asistir, pero con esto ya me lo he podido imaginar.

Hay algún otro evento preparado??
Albano

Autor dijo...

En vista del exitazo de nuestras convocatorias y vuestras ganas de asistir a más, en breve añadiremos "la agenda" de nuevas actividades y próximos bolos de Qué me estás contando.
Cualquier proposición -honesta o no– bienvenida será. Si conocéis algún centro cultural, radio, bar, plaza, garito, antro o similar que desee escucharnos y le interesen nuestros relatos, nos lo proponéis que acudiremos encantados en la medida que podamos.
To be continued.