viernes, 2 de noviembre de 2007

LA VIDA ES DURA, AMARGA Y PESA, YA NO HAY…

La vida de Juan perdió su sentido cuando la noche pasada oyó aullar al lobo y las campanas tocar a muerto al amanecer, para anunciar la muerte de Pedro al que acababan de enterrar: “A quien voy a contar ahora mis sueños”. Esos pensamientos se podían “escuchar”
Carmen Mirones

1 comentario:

Unknown dijo...

No conocía este relato de Carmen, y me encanta el modo en el que muestra la relación entre dos amigos del alma, dos matrimonios unidos por la vida y por y pese a las circunstancias.

Se me ha puesto la piel de gallina con los sueños rotos y la capacidad, real aunque poco racional, de dejarse morir cuando el lazo y pilar que nos une a este mundo desaparece.

Bravo, Carmen!!!